El accidente que marcó “El mago de Oz”
Hace 86 años, durante el rodaje de El mago de Oz (1939), se vivió un momento que pudo haberse convertido en tragedia. La actriz Margaret Hamilton, quien interpretaba a la Bruja Mala del Oeste, sufrió quemaduras graves cuando una escena con fuego real resultó mal manejada en el set. La escena en cuestión exigía que la Bruja desapareciera envolviéndose en humo rojo, mientras caía desde una plataforma elevadora.
Debido a las limitaciones tecnológicas de la época, los efectos debían ser prácticos y reales. En una toma posterior, el equipo activó el fuego antes de tiempo, y parte del vestuario de Hamilton; junto con elementos inflamables como la paja de su escoba, se encendió. Ella resultó con quemaduras de segundo grado en el rostro y de tercer grado en la mano, y el maquillaje en su piel complicó aún más la atención médica de inmediato.
Ella misma describió: “Nunca, mientras viva, olvidaré el dolor de esas quemaduras con alcohol”. Tuvo que ausentarse del rodaje durante seis semanas para recuperarse, pero finalmente regresó para completar la película. Lo trágico de ese día evidencia los riesgos que implicaban los rodajes en el cine clásico, cuando los efectos especiales dependían más del ingenio humano que de la seguridad técnica.
Para Hamilton, ese episodio dejó huella. Aun así, ella abrazó su rol en un filme que con el tiempo se transformaría en un clásico de culto.