Taylor Swift acaba de escribir otro capítulo histórico en la música con su álbum The Life of a Showgirl. En su primer día en EE. UU., vendió 2,7 millones de copias (entre formatos físicos y digitales), según datos de Luminate.

Ese arranque no solo fue un golpe comercial, sino que superó su propio récord de ventas en vinilo y lo convirtió en el álbum más vendido del año en su primer día. También estableció un nuevo tope en ventas físicas de vinilo en una semana con 1,2 millones de ejemplares vendidos.

En apenas cinco días superó la marca que Adele estableció en 2015 con 25, posicionándose como la semana de lanzamiento más alta en unidades equivalentes registrada desde que Billboard mide ese tipo de datos.

En plataformas digitales también rompió récords. En Spotify se volvió el álbum más reproducido en un solo día de 2025 y acumuló más de 250 millones de reproducciones en sus primeras 24 horas. Además, ya había batido récord de pre‑guardados, superando los cinco millones antes de su salida.

Este lanzamiento marca un retorno al sonido pop de sus inicios, colaborando de nuevo con los productores Max Martin y Shellback. Con este proyecto, Swift no solo busca impactar en cifras, sino reafirmar su legado artístico en un panorama donde el consumo musical sigue creciendo y cambiando.