Hace unos días, Taylor Swift hizo algo que va más allá del pop y los grandes escenarios. Se conmovió al ver un video viral de una niña llamada Lilah Smoot, de solo 2 años, quien —mientras veía un clip de Swift— la señalaba y decía que “Taylor era su mejor amiga”. En ese momento algo cambió.
Lilah está luchando contra un agresivo tumor cerebral en estadio 4, una forma rara de cáncer con solo 58 casos documentados en EE.UU. el año anterior.

Su mamá, Katelynn Smoot, había compartido el clip en TikTok y otros espacios, mostrando cómo Lilah encuentra alegría en la música de Taylor durante sus tratamientos. 
Impulsada por ese deseo puro de “tener a Taylor como amiga”, Swift donó $100.000 dólares al GoFundMe de Lilah para ayudar a costear su tratamiento, viajar al hospital, medicinas y aliviar la carga de la familia.

Junto con la donación dejó un mensaje que conmovió: “Sending the biggest hug to my friend, Lilah! Love, Taylor.”
Para la familia Smoot, fue algo que les permitió “solo preocuparse por estar con nuestra niña”, dijo Katelynn entre lágrimas de gratitud.

Este gesto no solo reafirma la generosidad de Taylor, sino que muestra el poder que tiene la figura de un artista para cambiar vidas reales. No es solo música; es compasión, responsabilidad y conexión humana.

Escrito por:
Alejandro Muñoz