La decisión temporal de las autoridades es cerrar el acceso a la playa, y prohibir la natación y el surf. Sin embargo, se prevé que no serán definitivas, en el último tiempo la accidentabilidad en este lugar, y en el mundo, ha descendido considerablemente: el primero desde 1953 a nivel estatal, y el segundo a nivel global, el otro fue registrado en Maui, Hawái, en el 2022.
Además, en aras de mantener en funcionamiento el Rockaway Beach, las autoridades patrullan por tierra, mar y aire el lugar, en busca de los tiburones que puedan causar problemas en un futuro.
Así lo expuso un portavoz policial: “Aunque somos conscientes de que este es un suceso aterrador, queremos recordar a los neoyorquinos que un ataque de tiburón es extremadamente raro en Rockaway”.